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Salón de Arte Moderno (SAM)

El arte para todos

Es realmente difícil encontrar un lugar que reúna objetos que posean precio y valor. El precio tiene en cuenta el dinero, mientras que el valor se centra en la capacidad de satisfacer una necesidad o aportar algún factor positivo. Sin embargo, a veces coinciden. Concretamente, en Madrid, acercamos lupa, calle Claudio Coello, zoom, número 99, leemos “Sam: Salón de Arte Moderno”. Cuenta ya su sexta edición y os invito a este paseo virtual.

Salón de Arte Moderno

Viendo a gente viendo.

Al entrar, desconcierta. Llegué un poco pronto, lo reconozco, y encima viernes, a la hora de la siesta. No estaba muy seguro de si había entrado a un museo, a un mercado, a una tienda de antigüedades o una lonja (no olía mal en absoluto, solo se trata de una hipérbole literaria). La primera sensación que dejó en mí el Salón de Arte Moderno fue de agobio, de apelotonamiento de obras y espacios. Aún no sabía lo equivocado que estaba.

Rápido empecé a ubicarme y a entender el concepto. Sí es un museo, sí es un mercado. En ningún caso es lonja. Lo que en un primer vistazo se me antojó desconexión entre obras y estilos respondía a una distribución por galerías de arte, que exponían parte de su catálogo a su modo y a su entender. Hay espacios más cerrados y apretados de obras, sobre todo los que incluyen escultura, y otros más amplios, de mucho aire y color. Una vez entiendes esto, arranca el deleite.

Salón de Arte Moderno

El Picasso más juguetón.

Los puntos a destacar del Salón de Arte Moderno son, al menos, dos: la variedad en los precios, hecho que sorprende al convertir en asequibles obras de arte que, en el confuso imaginario común, serían inalcanzables; y segundo, la variedad en los estilos, lo cual juzgué erróneamente al principio como un defecto. Es un museo/mercado muy inclusivo, precisamente por esta alternancia capaz de abrazar a públicos radicalmente opuestos: caben allí la historiadora del arte apegada al clasicismo junto al bohemio callejero que busca piezas rebeldes y rompedoras.

También tiene su espacio el intelectual con gafas de pasta y jersey de cuello alto, parado quince minutos frente a un cuadro totalmente abstracto, sin ningún tipo de asidero estético, que hace sentir imbécil al común de los mortales. Todos se respetan, se miran con un puntito de desconfianza, y continúan el recorrido por el laberíntico gusto del estilo combinado.

Salón de Arte Moderno

No escribo de Tàpies, porque una imagen…

En cuanto a los coleccionistas de nombres, les dejo mi resumen de artistas destacados:

Salvador Dalí. En grande y en pequeño, obligatorio. Aplasta al visitante con su obra “Bacanal”, expuesta por primera vez en España y enmudece a punta de belleza con un solo esbozo, muy detallado eso sí. Incansablemente curioso, Dalí no se acaba nunca.

Pablo Picasso. Otro de los obligatorios. Quizá lo que más llama la atención es una variación sobre “Las meninas” en la que el autor malagueño invade el cuadro y usurpa a Velázquez. A su mente cubista siempre le queda un rincón inexplorado.

Joan Miró. Aunque personalmente le in–comprenda profundamente, el artista catalán se erige, junto a los anteriores, como un pilar básico de la exposición. En mi casi total desconocimiento de su obra, repito, opinión personal, ¡alerta!, me quedo con sus coetáneos Equipo Crónica.

Andy Warhol. Para no adolecer de cierto chovinismo, el Salón de Arte Moderno incluye a artistas internacionales de la altura de Warhol (para los muy poco entendidos: el de Marilyn Monroe a colores y el bote de sopa de tomate). Si no exactamente inventor, el considerado padre del arte pop.

Salón de Arte Moderno

Qué mirada de Amy nos brinda Maseda…

María Corte. Agradable sorpresa colorista. Aparece prácticamente de detrás de un recoveco y su pared es vivaz, potente y magnética. Por colocación, por su llamativo rosa, por su tamaño o por sus insinuantes curvas, la pieza “Cuerpos divinos” se quedó en mi memoria al salir de la exposición.

Marta Fábregas. En el Salón de Arte Moderno también hay cabida para la fotografía, en este caso, casi narrativa y con cierta complejidad conceptual. La descomposición del cuerpo, hilado después por figura, atrapa visualmente desde el primer fogonazo.

Marco Maseda. Mira, ya no lo repito más: es opinión personal. Para mí, la joya de la corona del Salón de Arte Moderno. Ayuda mucho que el espacio de esta galería (Art Lab) está distribuido, de lejos, mejor que cualquier otro. Amplio, a dos alturas, permite a la obra de un omnipresente Maseda inundarlo todo. Incluso se dan el lujo de contar con una mesa de dj y controlar el sonido. No sé de dónde ha salido el muchacho, pero sí sé para qué ha llegado: para quedarse.

Salón de Arte Moderno

¿?

Antes de pasar con las alineaciones completas, confieso que he negado una pequeña información al principio del artículo para: 1) guardarla en secreto para los lectores más fieles; 2) que no prevalezca la gastronomía sobre la pintura y el arte, al menos por esta vez. Sí, amigo, amigas, el Salón de Arte Moderno ofrece a sus visitantes una copita de vino (y supongo que dos si no os sientan mal) y unos pequeños aperitivos que yo no probé porque a mí me llena el arte. Je.

Aquí la lista de artistas:

No todos los modernos, pero casi todos: Pablo Picasso, Salvador Dalí, Henri Matisse, Joan Miró, Eduardo Chillida, Ray Smith, Andy Warhol, Alexander Calder, Victor Vasarely, Equipo Crónica, Grupo El Paso, Luis Feito, Martín Chirino, Rafael Canogar, Manolo Valdés, Manolo Millares, Antoni Tàpies, Miquel Barceló, Antoni Clavé, Pablo Palazuelo, Paul Jenkins, Xavier Mascaró, Jaume Plensa, Ángeles Santos, Emilio Grau Sala, Julián Grau Santos, Alfons Mucha, Xavier Corberó, Manuel H. Mompó, Xavier Macaró, Manuel Viola, Daniel Sabater, Bernard Buffet, Juan Ripollés y otros.

No todos los contemporáneos, pero casi todos: Matías Krahn, Lita Cabellut, Aldo Chaparro, Miguel Ángel Iglesias, Isabel Ramoneda, Amélie Ducommun, Marta Fàbregas, Fabio Colella, Jordi Sabat, Cristina Sampere, Marco Maseda, Luis Agulló, Ignacio Mallagray, Jaime Monge, Eduardo Vega de Seoane, Los Bravú, Fernando Vicente, Edgar Plans, Ultramaro, Ceesepe, María Corte, Mario Pavez, Joan Rebull, Javier Calleja, Cova Ríos y otros.

Datos de Interés:

Qué: Salón de Arte Moderno (SAM)

Dónde: C/ de Claudio Coello, 99

Cómo llegar: Metro Serrano (L4); Núñez de Balboa (L5, L9); Rubén Darío (L5) | Bus 1, 74

Horario: 22 febrero – 26 febrero (11:30-21:00)

Precio: 10 euros

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